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31 de octubre de 2011

Lainoak Sarbiletik


"2008ko abenduaren 25ean, etxetik ilunpean atera eta egunsentia iritsi baino lehenago, Sarbil mendian, aurreko afariak utzitako agearekin batera. Lainoetatik atera eta eta iluntasunean oraindik, lehendabiziko argi izpiak ateratzen hasten dira ekialdetik. Hotzak bazter guztiak zuritu ditu."

Egunsentia Sarbiletik

"Olentzero etxe gehienetan izan berria eta mendian arrastorik ez, oraindik ere opariak zabaldu gabe direlarik. Isiltasuna nagusi. Egunsentiaren kolore ikusgarriekin gozatu ondoren, tontorra aldera abiatu, bidean ikazkinaren seinalerik aurkitu ote.
Ezer ere ez. Bakardadea eta, lehen bezala, isiltasuna. Herrian oraindik opariak zabaltzera goizegi altxatu diren haurrak, lainopean, hezetasunean."

Laino itsasoa egunsentiaren ondoren
"1132 metrotik gora ez dago igotzerik Sarbilen. Ezin gorago. Gailurrean, haizea, haizea bakarrik, laguntzen nauten saiak bultzatzen dituen hori.
Eta presoekin gogoratu naiz, bidean galdutakoekin akordatu naiz, joandako lagunekin, Malenekin... eta berriro ere beheruntz abiatu naiz, lainoen artean sartzeko gogoz. Ea niri ere zerbait utzi didan eguna zuzentzeko!"

Lainoak  Ziritzan, Sarbil mendiaren magalean

27 de octubre de 2011

Cirilo

A Cirilo le conocíamos todos los de mi generación desde antes de que aprendieramos a quitarnos los mocos. Aparecía y desaparecía sin una agenda definida para pasar temporadas en su refugio de Etxauri. De caracter abierto, en compañía de su botella de vino y su cigarro nos contaba historias de su juventud, de sus "hazañas" con el sexo contrario,  o de cualquier otra cosa que le viniera a la cabeza. A veces, cuando el tinto cogía el mando del timón, nos mandaba a hacer ostias con naturalidad.
Había quien, con total desinterés, diariamente le hacía hueco en el menu diario de casa y le daba de comer, limpiaba la ropa e, incluso, le ayudaba en algunas otras cosas: Carmen Munarriz, Julio Andueza, Pilar Osés...

El "cubierto" de Cirilo, ya historia

Las temporadas que pasaba en Etxauri lo hacía en un cubierto levantado para guardar maquinaria agrícola, rincón que pasó a la historia tras la reforma de la casa y torre donde se apoyaba. Abierto por dos de sus lados, impedía el paso de la lluvia, pero el frío campaba a sus anchas en los duros meses del invierno.
"Cirilo, ¿te importa que mientras hablamos un poco te haga unas fotos?". Trás la respuesta afirmativa, manos a la obra. Por aquel entonces, hace unos veinte años,  fué la primera reflex que llego a mis manos en un regalo inolvidable, una Yashica FX-3 Super 2000, la que hizo el resto del trabajo (con mi ayuda, claro). Prometí que le daría copias una vez reveladas.

Retrato de Cirilo
Cuatro lustros han pasado desde que ocurrió esta historia. ¡Cómo pasa el tiempo!. No pude entregarle las copias. Enfermó, hasta el punto de no valerse por sí mismo. En ese momento Julio le dió cobijo en casa, casi hasta el final de sus días.

Cirilo Rodriguez, que así se llamaba, salió de Torralba del Río en su juventud. Provenía, como dicen en los pueblos, de "casa fuerte". Seguramente podría haber vivido una vida "digna" y sin demasiadas complicaciones. ¿Qué le empujo a vivir de forma errática, nómada, hasta morir? ¿Eligió él vivir sin nada, vivir en la miseria? ¿O fué la propia vida la que le llevó a una situación de la que nunca pudo salir? Pequeñas preguntas que requieren grandes respuestas. Ni ha sido ni será la única persona que ha vivido de esta manera, pero es la única con quien he podido hablar y a quien he podido fotografíar. Grandes recuerdos de pequeños momentos.



Izan ongi, Cirilo!


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