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15 de diciembre de 2011

GALLOCANTA

La laguna en primer plano y Gallocanta al fondo
Miles de kilometros les separaban de su "residencia" estival en el norte de Europa y parte de Asia a las casi 30.000 grullas que el pasado fin de semana nos deleitaron en Gallocanta . Un espectáculo inolvidable incluso para aquellas personas en quienes la ornitología no despierta pasiones. Un espectáculo de Naturaleza viva, de supervivencia, una gozada para los sentidos.
La laguna de Gallocanta se encuentra en medio del Sistema Ibérico, en una planicie a 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar, en la comunidad española de Aragón, entre la provincia de Teruel y la de Zaragoza. Se trata de una gran depresión de tipo endorreico-estepario que empezó a formarse a finales de la Era Terciaria (hace unos 2 millones de años), y siguió desarrollándose durante toda la Era Cuaternaria.
Visión general de la laguna de Gallocanta
Del complejo lagunar que existía en toda la cuenca, hoy quedan diversas áreas activas entre las que podemos destacar, la laguna de Gallocanta y de la Zaida, la laguna de Guialguerrero y dos lagunicas en Santed, una dulce y otra salada.
La laguna de Gallocanta tiene un área de 14,4 km², con una anchura máxima de 2,8 km por 7,7 km de largo. Con una capacidad máxima de 5 hm³, la profundidad de sus aguas suele ser de 45-50 cm, aunque en época de aguas altas puede llegar hasta los 2 m. Los años impares recibe las aguas que abastecen a la laguna de la Zaida, quedando esta prácticamente seca.
Grullas entrando a pernoctar en la laguna
Las Cuerlas, Bello, Tornos, Berrueco y Gallocanta son los pueblos que rodean a la laguna. Pueblos pequeños, en algunos casos casi despoblados, pero con el atractivo de estas zonas rurales ancladas todavía en un pasado no tan lejano en nuestra tierra. Mención especial merece Las Cuerlas ya que, de los 445 habitantes que tenía en 1950, llegó a tan solo 20 en 2007. Hoy en día son 69 las personas que allí viven, si bien un paseo nocturno a las 7 de la tarde puede resultar desolador, paseando por calles deserticas flanqueadas de casas cerradas a cal y canto. En Bello, Tornos y Berrueco es mas fácil encontrase con alguien visitando alguno de los bares que hay en estas localidades.
Gallocanta merece una atención especial ya que aprovechando el tirón del turismo ornitológico dispone de un albergue: Allucant. Lugar agradable, preparado para el turismo ornitológico (por ejemplo alquilan prismáticos), un trato cercano y con unos precios razonables. Además de poder pernoctar, existe un menu con dos primeros y dos segundos a elegir, mas postre, donde cada uno y cada una prepara su mesa, se sirve y recoge. El desayuno en la misma línea.
Grullas saliendo al amanecer
También el Gallocanta, junto a la iglesia y el centro de salud está el Museo de las Aves, y en la salida del pueblo en dirección a Berrueco podemos acceder al Centro de Interpretación de la laguna.
Es posible rodear la laguna en vehiculo ya que todos estos pueblos están unidos por carretera. Tambien hay una red de pistas que rodean la laguna y que permiten acceder hasta los observatorios instalados para el avistamiento de aves. Los límites hasta donde se puede circular están bien señalizados por lo que no hay excusa para entrar en la reserva.
La laguna de Gallocanta es sobretodo un lugar de paso para las aves que se mueven entre las zonas de cría noreuropeas y las zonas para pasar el invierno del sur de España o del norte de África. Pero nos encontraremos también con aves que la utilizan como lugar de destino en invierno o para nidificar en los meses estivales.
La procedencia de estas aves es bien diversa (desde Francia y Países Bajos, hasta Islandia, Países Nórdicos e incluso Siberia). Esta diversidad también afecta a las especies que participan en este rito anual.
Grullas a contraluz en Tornos
Hacia finales del invierno o comienzos de la primavera, las aves inician su viaje en dirección norte hacia las áreas de nidificación. Por el contrario, desde el verano hasta el comienzo del invierno las aves invierten su recorrido en dirección sur, hacia sus áreas de invernada para pasar allí los meses más fríos del año.
No todas las especies tienen el mismo "calendario migratorio", ni su paso por la laguna se percibe de la misma manera. Destaca el paso de las anátidas y sobretodo de las grullas.
Desde los meses de octubre a marzo (a excepción de enero) la laguna de Gallocanta se convierte en una delicia para la vista y para el oído. Más de 40.000 grullas llegan a este humedal en grandes bandos, entre rumores de algarabía y de batir de alas. Todo un espectáculo al amanecer y al atardecer, cuando al volver a los dormideros sus siluetas se recortan en el cielo.
La grulla común (Grus grus) es una majestuosa ave de patas largas y cuello esbelto que puede alcanzar una altura de hasta 1,2 metros y una envergadura de ala de más de 2 metros cuando las tiene extendidas. Tiene un pico largo que utliza para escarbar en el suelo en busca de semillas, bellotas e insectos.
Son aves migratorias lo que significa que su presencia masiva en la laguna de Gallocanta dependerá del periodo del año en que nos encontremos.
Grullas levantando el vuelo ante nuestra presencia
Generalmente, la llegada masiva de aves se produce en otoño desde mediados de octubre hasta los primeros días de noviembre, con la llegada de grullas de los países del norte de Europa en ruta hacia tierras más calidas.
El mismo evento, pero a la inversa, se produce desde mediados de febrero hasta mitad de marzo, cuando las grullas llegan a la Laguna (a primeras horas de la tarde) para continuar viaje hacia el norte (la partida se produce a media mañana y hasta el mediodía).
Durante el mes de diciembre y hasta mitad de febrero (periodo de invernada), la población de grullas se mantendrá constante, siendo la localidad más importante de toda la Península Ibérica que acoge población de grullas durante el invierno.
Entre las nieblas matinales

Los comportamientos de esta especie son bastante rutinarios.
Las grullas descansan en los dormideros, situados en las aguas más bajas de la laguna, para desplazarse a primera hora del día en busca de alimento por toda la cuenca cultivada de la laguna. Su dieta se basa en semillas de distinto tipo (cebada, trigo, girasol, maíz...) -en función del periodo de año en que nos encontremos- y, sobretodo en rastrojos al ser de más fácil acceso. Cuando se alimentan siempre hay varias grullas con el cuello estirado y la cabeza en alto oteando el horizonte en busca de intrusos, ya que tienen la costumbre de comer e inspeccionar al mismo tiempo. 

Primeros vuelos matinales

Los bebederos (balsones, navajos y puntos de entrada de agua dulce a la laguna) serán utilizados periódicamente por las grullas. El descanso y el aseo son las actividades que ocupan las horas centrales del día, utilizando las zonas de prados próximos a la laguna. Por la tarde, las grullas se desplazarán de nuevo a los comederos para regresar a los dormideros de la laguna con las últimas luces de la tarde, en un espectáculo de una belleza única.
Helada al amanecer
Un consejo si decides participar de este espectáculo: abrígate. La altitud y la epoca del año en la que estamos hacen que el frio sea intenso en los momentos mas espectaculares en la laguna así como por la noche.

(Parte de la información de este artículo esta tomada de la web del Ayuntamiento de Gallocanta).


3 comentarios:

  1. Vaya currada que te has pegado con esta entrada. Seguro que no les importaría en la web contar con alguna de tus fotografías. Gran trabajo Josu.
    Un saludo.

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  2. Y si tienes oportunidad alguna vez, Jesús, vete a Gallocanta y pasa una noche allí en la época de invernada. Es una gozada tanto para críos como para mayores, un espectáculo inolvidable.
    Saludos.

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